Muy dentro suyo, usted sabe señor Cura... que la condena legal que recibió es injusta e insuficiente.
Muy dentro suyo, usted sabe que le cagó la vida para siempre a esos pibes que confiaron en su figura paternal y amable.
Sin embargo...
Muy dentro nuestro, sabemos que la condena social es inapelable, categórica. Que usted, señor Cura, el de la imagen paternal y amable, seguirá siendo una lacra social, repugnante e irrecuperable.
Por todo esto, humildemente y con todo respeto, desde mi insignificante blog, desde mi lugar de ciudadano del monton le digo: Váyase a la puta madre que lo parió, y ya que usted, señor Cura, paternal y amable, cree en el infierno, le deseo que pase unas cuantas temporadas en él.
Eso sí, esperemos que cuando vaya a la cárcel, al lugar donde merece estar, le hagan sentir los rigores del caso, como para que disfrute (o sufra) en carne propia lo que usted, señor Cura, le hizo padecer a esos pibes inocentes.
15 años de prisión por pedofilia y otros delitos de índole sexual para el Cura Grassi, en términos legales, se hizo justicia.
Es insuficiente, pero algo es algo.
Peor es nada...
Todo dicho...